jueves, 29 de septiembre de 2011

La colonización alemana

Durante el gobierno de Manuel Bulnes se ideó un plan de inmigración extranjera sustentado en
la Ley de Inmigración Selectiva (1845) que pretendía, no sólo traer a personas para ocupar el lejano y despoblado territorio del sur de Chile (Valdivia y Melipulli, actual Puerto Montt), sino que también fueran de un mayor nivel socio cultural, con lo que se esperaba solucionar el problema de la reducción indígena, impulsaran la marina por medio de colonias pescadoras en las caletas y playas deshabitadas y trajeran avances tecnológicos y nuevos conocimientos específicos que ayudaran a desarrollar la industria y el campo.
La colonización como preocupación oficial del gobierno, recibió su mayor estímulo a partir del envío a Europa en 1848 de Bernardo Philippi, alemán contratado por el gobierno de Chile, para reclutar inmigrantes de su misma nacionalidad. Éste en 1846 ya había inducido a algunos de sus compatriotas a instalarse con buenos resultados en una hacienda cercana a La Unión.
En 1850 comienzan a llegar a Valdivia los primeros grupos de inmigrantes, lo que llevó a la creación del cargo agente de colonización de Valdivia ocupado por Vicente Pérez Rosales.
Con el fin de habilitar nuevas tierras, Vicente Pérez Rosales destruyó con fuego enormes extensiones de bosques entre el oriente del río Bueno y la cordillera, y desde dicho río hasta el seno de Reloncaví y en 1852, decenas de familias alemanas se instalaron a orillas del lago Llanquihue. Al año siguiente, Puerto Montt ya era un verdadero pueblo.

Los inmigrantes de Llanquihue transformaron el paisaje natural del territorio para dedicarse a la agricultura, cuya producción se complementó sin problemas con las actividades fabriles y comerciales que realizaban sus compatriotas radicados en valdivia.
Hacia 1870, el proyecto de colonización alemana en el sur era todo un éxito. La región ostentaba el mayor dinamismo económico del país y los nuevos ciudadanos eran un ejemplo de laboriosidad, honradez y espíritu emprendedor para el resto de los chilenos.

El siglo XX

La herencia culinaria criolla fue trasmitida de generación en generación mediante recetas guardadas en cuadernos o tarjetas, que permanecieron por años como un secreto de las diferentes familias, hasta el momento en que alguien las recopilaba en tomos y las publicaba. A mediados del siglo XIX, se comenzaron a redactar en las imprentas las viejas recetas de las monjas y las familias, que se convertirían en la base de la gastronomía nacional con el pasar del tiempo.

La historia señala que, en la mitad del mismo siglo XIX, cuando se publicaron los primeros tomos de importantes recetas culinarias, aparecieron en Santiago y Valparaíso varios libros de recetas, destacando El libro de las familias, que eran publicaciones que contenían manuales de cocina, economía doméstica, repostería, confitería y dos curiosos manuales de salud y lavandería.

La cocina republicana

En la cocina republicana la jerarquía gastronómica gozaban de suculentos platos entre ellos el arrollado, el soplillo o huelan, sanco o chercán, el encebollado, el changle, el chancho en piedra, etc.
En 1840 se incorpora las salsas y aliños que disfraza la natural crudeza de la cocina típica chilena.

En Valparaíso se abren los primeros salones de ostras.

Aparecen materiales de lujo como la langosta de Juan Fernández, los sándwich, los helados de Boston y de hielo introducida por Frederico Tudor (norteamericano).

Las cervezas se ponen de moda, pero solo en 1822 hay testimonios de su preparación en Chile. En 1825 Don Andres Blest instala, cerca del muelle villaurrutia de Valparaiso, la primera cervecería del puerto, producto que también se vende en Santiago. En 1850 Valentin Koch y Andrés Ebner iniciaron la gran industria cervecera en Chile.

En 1868 los agricultores estaban empeñados a modernizar las industrias vitivinícolas.
En 1914 aparece en el mercado la Champagne nacional.

Chile comienza a triunfar con las preparaciones traídas de diferentes países como la comida Alemana siendo Don Adolfo Drackman y su hijo Luis que difundieron y prestigiaron la moda de los crudos y tártaros. Las colonias Italianas llegaron a Santiago, Valparaíso y Concepción con sus preparaciones típicas como las pastas, tallarines, ravioles, etc. La comida China se expandió, el primer restaurante fue Tong- Fang de tipo Pekin. España también con sus paellas, arroz a la valenciana, el bacalao a la vizcaína, etc.

Patria Nueva y Patria Vieja

La cocina chilena adquiere una fisonomía definida durante  la Patria Vieja y la Nueva. A partir de la fecha que marca el inicio de la independencia de España, el 18 de septiembre de 1810, en las mesas criollas se comienza a festejar el acontecimiento con empanadas, chicha y vino tinto. El caldo de vaca con ají, espesado con chuchoca, se convierte en un manjar tradicional de los campos del Valle Central chileno.
El tratamiento de la caza (conejos y venados), con salsas de frutas, reciben el influjo alemán. Entre las recetas autóctonas, es conocida la preparación del conejo con maní. Además, Italia aporta sus pastas a la tradición gastronómica chilena.

El menú se hace abundante y variado: carne de cerdo salada, mezclada con papas, arvejas, cebollas y repollos. El pueblo se aficiona al charquicán y al puchero y, de postre, a los melones y a la sandía.

En la Patria Nueva, los inviernos se endulzan con picarones. Al iniciarse la época portaliana, la gastronomía ensayada en tiempos de la colonia es ya asimilada por el pueblo. Alcanza jerarquía de plato típico el arrollado: carne cocida en trozos, revuelta con huevos y envuelta en malaya o cuero de chancho. Otros platos favoritos de esos tiempos eran el encebollado de huevo, el guiso de mote, la huañaca (gordura de vaca con harina tostada), el locro falso, los miltrines o aparejos, las pantrucas, las papas achicharronadas y el pebre de cebollas crudas y tomates. En bebida, ganó popularidad el ulpo, junto a la gloriada o cordial, agua caliente con azúcar quemada.

viernes, 2 de septiembre de 2011

Influencias gastronómicas en Chile

Influencia Inca


Calapurca: guiso de piedras calientes”, si nos ceñimos al significado de las palabras quechuas ( la lengua de los Incas).
Este platillo es uno de los más antiguos de este país,  sin embargo no se cocina con  piedras, como es el caso de los platos en Mexico y en Chile.
Kalapurca (Chile ) y Carapulcra ( Peru )  se parece, pero no es lo mismo.
Remojar durante la noche el mote de maíz y cocer en agua durante dos horas o hasta que este bien cocido. Hecha la carne a cocer en 2 litros de agua, agrega sal a gusto, una cabeza de cebolla mediana y tres dientes de ajo durante 2 horas, una vez cocida la carne se desmenuza con las manos.En otra olla se hecha a cocer en agua la papa sin pelar durante ½ hora después se pela y se tritura con las manos.Se pica la cebolla restante en cuadritos, se ralla zanahoria, se pica el ajo y el rocoto, que debe haber sido previamente molido ojala en piedra.Se fríen las verduras en aceite hasta que la cebolla quede cristalina y se agrega la carne por 5 minutos. Agregar la sopa de la carne más 1 litro de agua hervida. Añadir el mote, la papa y se deja cocer durante 15 minutos. Servir con cilantro picado
Otras recetas:
Chairo: Guiso a base de cordero, mote, choclo, papas, zanahorias, chuño y ajì rocoto.

Pataska: Guiso a base de maíz, mote, cordero, charqui, papas y ajies secos. Es una especie de carbonada.
Watia
Preparación: Se hace un hoyo en el suelo con piedras previamente calentadas con fuego.
Aparte, se cocina en una olla todo tipo de carnes según elección (pollo, cordero, alpaca, vacuno, cerdo). Se añaden aliños (pimienta, comino, locoto (rocoto) ají, sal). Cuando está cocinado se pone la olla entre las piedras y se rodea con camote, zapallo, choclo y papas.Los zapallos se colocan envueltos en papel de aluminio.
Finalmente se tapa todo con hojas de choclo o alfalfa. Sobre esto se colocan sacos mojados y se cubren con tierra.
Influencia Mapuche
Chupe de queso: Sopa nutritiva a base de papas, habas, arvejas, queso y merkèn.
Otras recetas:
Catuto: Postre mapuche, en base a trigo molido manteca de cerdo. Se forman bolitas y se fríen.  Se lo sirve con mermeladas de murtilla, mora, rosa mosqueta, o bien, con algunas salsas.
Piskú: Guiso a base de leguminosas como porotos, arvejas, habas, mote, quínoa, piñones, choclo, lentejas, etc. Que puede acompañar carnes o servir como plato principal.
Korü achawal: Preparación a base de muslo de pollo, zapallo, papas y mote mei. Una especie de cazuela.







Influencia alemana
Rotkohl: Acompañamiento de carnes generalmente blancas a base de repollo morado, cebolla, manzanas verdes y vinagre.

Otras recetas:

Hackepeter: Tártaro de carne. LLevado a las mesas de los colonos alemanes al sur de Chile. Plato a base de carne molida de res sin grasa, cebolla, mostaza, huevo y alcaparras entre otros.

Filet mit biersosse: Filete con salsa de cerveza. Preparación a base de filete de res, cebollas, manzana, tomates, cerveza y salsa de rábano picante. Generalmente acompañado de papas cocidas y perejil picado.

Kuchen de manzanas: Hace más de 150 años llegaron las Omas y Tantes que tanto le gustaban preparar recetas de repostería alemana que se siguen elaborando de generación en generación en la región de los lagos. Preparación utilizada con una masa base de kuchen y un relleno de manzanas verdes sazonadas con vainilla y canela en polvo.







Influencia Mapuche/chilota
Yoko: El Yoco fue costumbre de las familias de la época. Realizar cada año su carneo de chancho o reitimiento, especialmente el mes de los santos (junio). Una vez que la carne del cerdo, las sopaipillas, las roscas, los milcaos y las prietas eran cocidas, se preparaba para cada vecino o amigo una cierta porción de cada uno de los alimentos mencionados para ser llevados hasta sus casas. Aquello constituía el denominado Yoco. El Yoco era en cierta medida una devolución del alimento ya recibido o un anticipo de lo que  recibirian en el futuro; porque todas las familias vecinas y amigas del lugar tenian la disposición y el deber de entregar y recibir, de compartir un plato de comida.

Cazuela chilota: Sopa a base de cholgas, zapallo y papas.
Curanto: Los ingredientes varían según los gustos y lo que se pueda encontrar. Cholgas, navajuelas, almejas,picorocos, cerdo, longanizas, papas, habas, arvejas, chapaleles y milcaos, entre otros.
Método: En un hoyo en la tierra, de un metro y medio de profundidad, con el fondo cubierto con piedras grandes, hacer una fogata hasta calentar las piedras al rojo vivo. Luego de sacar los tizones, se vacían los sacos con mariscos y se tapan con hojas de pangue (nalcas). Sirven también abundantes hojas de parra. Encima, se ponen las carnes aliñadas y se vuelve a tapar con hojas de pangue (o de parra). Finalmente, las verduras, chapaleles y los milcaos. Todo se cubre con sacos de papa o harineros mojados, simulando una gran olla a presión.También  algunos isleños ocupan champas de pasto para colocar sobre los sacos, cuya finalidad es lograr que no escape el calor. Después de aproximadamente una hora, los ingredientes estarán cocidos (al vapor) y puede destaparse y servir el curanto.

Chochoca: Se rallan las papas crudas, lavadas y peladas. Se exprimen y esto se mezcla con las papas cocidas y molidas. Se amasa con la manteca, chicharrones y la sal.
Con esta masa se cubre un palo de luma de un metro de largo por 10 cm. de diámetro. Se cuece en el fuego de un fogón, de la misma forma que un asado al palo. Una vez cocido se unta con mantequilla.